En materiales industriales y de infraestructura, las rejillas moldeadas de plástico reforzado con fibra (FRP) destacan en situaciones de uso intensivo. Fabricadas con fibras de vidrio y resina termoendurecible, presentan una elevada relación resistencia-peso, pesando sólo una cuarta parte que las rejillas de acero con una capacidad de carga similar. Esta característica de ligereza facilita la instalación y reduce la tensión en las estructuras.
Su resistencia a la corrosión es incomparable. Resistente a ácidos, álcalis y sales, la rejilla moldeada de FRP dura más que el acero en las plantas químicas, eliminando los riesgos derivados de la degradación del material.
En el sector del petróleo y el gas en alta mar, se utiliza para pasarelas y plataformas. Su ligereza simplifica la instalación en plataformas remotas, mientras que sus propiedades no conductoras y antichispas evitan la ignición en entornos inflamables. Las explotaciones mineras también confían en él, ya que resiste elementos corrosivos bajo tierra y cargas pesadas de maquinaria y tráfico peatonal. En las centrales eléctricas, especialmente en las salas de calderas de carbón, su resistencia al calor y a la corrosión, junto con una superficie antideslizante, garantiza la seguridad en condiciones duras.
Se instala fácilmente con herramientas básicas, lo que reduce tiempo y costes. A largo plazo, sus reducidas necesidades de mantenimiento ahorran materiales y mano de obra, y minimizan el tiempo de inactividad de la producción, lo que la hace rentable.
En resumen, las ventajas de los materiales, las amplias aplicaciones y los beneficios económicos de las rejillas moldeadas de FRP las convierten en la mejor opción para uso intensivo. A medida que avance la tecnología, es probable que sus aplicaciones y prestaciones mejoren aún más.